No suelo llevar tacones y odio la tortura de pasar una noche buscando un sitio en el que sentarte para descansar los pies, así que con tal de no someterme a la tiranía de los tacones escogí estos zancos de Robert Clergeri, made in France, que eran el punto opuesto a mi vestido y no me hicieron sufrir ni un momento.
Siempre digo que por el momento que vivimos, la edad y ,sí incluso, la ciudad, no podemos dejar de movernos, si quieres conseguir algo preparate para no tomar descansos. Pero llegado el verano y después de un año como este en el que a veces no podía parar, ni mirar alrededor, es el momento de sentarse y ver que pasa, cual viejo de pueblo en la plaza, no me apetece hacer nada más que disfrutar.
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