Escribo mi nombre y apellidos y la señora me dice: " desde que trabajo aquí he descubierto que los periodistas tenéis la letra aún más complicada que los médicos, ¿ahí pone Guilarde?", - no, perdone, pone Guilarte.
No se el día que decidí dedicarme a esto, supongo que no lo decidí, yo solo quería escribir, y aquí estoy. Con en el tiempo y estos últimos ocho meses de experiencia, que me han curtido, y no poco, he aprendido una cosa, de entre muchas otras, de cual he sido consciente hoy, cuando en otra conversación alguien me ha dicho: "Él dice que estas desaparecida".
Cuando te dedicas al periodismo empiezas a manejar muy bien la información que circula de uno mismo, de tal forma que sólo sea aquella que a nosotros nos interesa que la gente sepa, incluso aunque escribas 10 tweets al día. Oh no, los periodistas, no damos puntada sin hilo.
No estar, no saber para dejar de existir, o para borrar lo que existió, si nos ponemos en plan ñoño. No hace falta cambiar de ciudad, aunque, sí, es una forma más huir.
Entonces resuena la típica frase: " de los recuerdos no se puede huir". Sí, si se puede, sólo tiene que crean unos nuevos, con otra gente ( o con la misma) pero seguro que con otras historias, y entonces al pasar por Martín de los Heros no recordar más que el anterior sábado con Alison... por ejemplo. Al final, y después de tantos meses, la vida es otra, donde el pasado ni pesa, ni cuenta, solo la experiencia aumenta y para la próxima ... en fin, ya veremos que pasa en la próxima.
Mi abuela suele decir en estos casos: "tanta paz lleve como descanso deja" y con eso me quedo.
El suepuestamente tímido de Keaton Henson a veces se pasa de sensible, pero por esta vez que pase.
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