Lost in translation


Septiembre es ese mes de transición donde nadie sabe muy bien donde ubicarse por un lado piensas en los últimos dos meses, en lo que han traído y lo que se han llevado, y por otro en todo lo que empieza de forma irremediable. 
Unos eclécticos zapatos de salón que le gustan tanto a mi abuela, a mi madre, como a mi, aunque ninguna le encontramos la ocasión, pero como diría mi abuela son perfectos "para ir al baile con ese tacón tan gordo". No tienen edad, ni estación, como todo aquello que merece la pena, aunque a veces necesiten reposar un tiempo en el armario hasta que el evento, o el baile, requieran su presencia. 


Y aunque en principio estos serian mis esenciales de verano, pensandolo un poco más, lo pueden ser todo el año. Un gloss carnoso, un toque rosa en las mejillas, o un dos-en-uno de lo anterior con el Bene Tint, el color perfecto de labios de la mano de Tom Ford, ni rosa, ni rojo, ni naranja un poco de todos. 


Encontrar el rojo de labios o el colorete para tu cara requiere casi el mismo proceso, muchas pruebas distintas marcas pero al final solo hay uno que te echarías todos los días. 



Y para terminar para darle algo especial a unos vaqueros y una camiseta básica mi ritual es muchos anillos, un buen bolso y unos zapatos de los que no te canses. 


Y hasta aquí mis recursos básicos y materiales para no perderme cuando no me encuentro. 



Y como lleva tatuado mi querida Natalia all we've gotta do is be brave and be kind que cantan The National en su Baby we'll be fine, con la que recordaré este verano. 






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